Si una persona padece sĆntomas relacionados con alguna enfermedad cardiovascular, se requerirĆa de diferentes estudios y anĆ”lisis clĆnicos para determinar con certeza, la causa de su padecimiento y poder diagnosticar la patologĆa y luego prescribir un tratamiento eficaz. Es muy poco probable que solo haciendo un electrocardiograma, un mĆ©dico pueda saber el curso a seguir ante una situaciĆ³n mĆ©dica que afecte el corazĆ³n.
Algo parecido sucede al combatir la pobreza. Por muchos aƱos, hemos estado obsesionados en que la medida de la pobreza es Ćŗnicamente monetaria y que, por ende, el desarrollo econĆ³mico por sĆ solo, aplicado en una operaciĆ³n matemĆ”tica a toda la poblaciĆ³n, con tan solo mostrar un indicador positivo, equivale a que existe menos pobreza. Nada menos cierto.
PodrĆ” haber, como de hecho lo ha habido en las Ćŗltimas dĆ©cadas, mĆ”s riqueza, pero tambiĆ©n mĆ”s pobres, porque la riqueza se concentra en muy pocas manos.
Es una herencia que proviene del Consenso de Washington, que afirmaba que el desarrollo econĆ³mico por sĆ solo generarĆa la mejorĆa de las condiciones de vida de los seres humanos, que la mano invisible se encargarĆa de distribuir las riquezas con la mayor equidad. Evidentemente no ha sido asĆ. La desigualdad social, hoy mĆ”s que ayer, corroe la vida en sociedad, generando grandes disparidades sociales que desembocan en conflictos entre paĆses, a lo interno de los paĆses y en toda comunidad.
La respuesta a esta realidad requiere aplicar mĆ”s y mejores medidas a la pobreza, es decir, conocer mejor cĆ³mo se genera, quĆ© la causa, quiĆ©nes y cĆ³mo impactan en ella; aprovechando la tecnologĆa para disponer de suficiente informaciĆ³n al nivel mĆ”s exacto. Esto requiere que dispongamos de una radiografĆa de la pobreza casa por casa, comunidad por comunidad, municipio por municipio, y asĆ sucesivamente.
Esa voluntad de muchos paĆses, de disponer de herramientas de mediciĆ³n de la pobreza mĆ”s exactas y abarcadoras, se ha denominado Ćndice de Pobreza Multidimensional (IPM), desarrollado por el Oxford Poverty Human Development Initiative (OPHI) de la prestigiosa Universidad de Oxford, y adoptado por la mayor parte de los organismos internacionales.
Justamente en este mes, se ha publicado el informe de la mediciĆ³n global del IPM, que arroja resultados preocupantes para toda la humanidad. Un 26.5% de la poblaciĆ³n mundial vive en pobreza multidimensional, de los cuales 72% vive en paĆses de renta media, como lo es RepĆŗblica Dominicana.
Esto Ćŗltimo resulta ser un tema importante para el debate, especialmente ante los organismos internacionales, ya que en la medida en que paĆses como el nuestro hemos logrado un desarrollo econĆ³mico estable, hemos sido promovidos a ser paĆses de renta media, lo que nos ha sacado automĆ”ticamente de la lista de paĆses receptores de ayuda internacional, especialmente de los paĆses mĆ”s desarrollados.
Es un importante tema a ser discutido en los foros donde participamos, de manera que podamos generar apoyo financiero al desarrollo, en la lĆnea que plantea el compromiso de Addis Abeba, que busca el cumplimiento de la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Otro dato preocupante que arroja el informe global de IPM, es que el 48% de los pobres medidos de manera multidimensional, son niƱos, niƱas y adolescentes entre 0 y 17 aƱos, una realidad escalofriante que pone en entredicho las inversiones que estamos haciendo para el futuro de la humanidad.
Con una visiĆ³n de 360 grados de la realidad en que viven las familias en pobreza, podemos generar acciones especĆficas y focalizadas, que por un lado tengan mayor impacto en el desarrollo y que, por el otro, puedan generar cambios sustanciales en las comunidades empobrecidas del paĆs, sin dejar de mencionar el importante aporte a la transparencia en la gestiĆ³n pĆŗblica que serĆa aplicar este enfoque.
En RepĆŗblica Dominicnaa estamos en las puertas de aplicar nuestro IPM, desarrollado por el SIUBEN conjuntamente con OPHI, para poder combatir la pobreza con herramientas efectivas y eficaces que realmente noa permitan reducir la pobreza de manera sostenible, y en esa medida seguiremos creando riqueza en un cĆrculo virtuoso de inclusiĆ³n y productividad.
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