Luego de sus primeras dos temporadas con los Expos de Montreal, el derecho dominicano Pedro MartĆnez comenzĆ³ a encontrar un poco mĆ”s de dominio en su recta y la reputaciĆ³n de cazacabezas que le persiguiĆ³ agresivamente en 1995 comenzĆ³ a desaparecer.
Sus nĆŗmeros comenzaron a mejorar, tambiĆ©n, y en sentido general los resultados se veĆan bastante bien.
Al llegar al Juego de Estrellas de 1996, MartĆnez recibiĆ³ una invitaciĆ³n para el ClĆ”sico de Mitad de Temporada y al hacerlo encontrĆ³ no solo una motivaciĆ³n extra sino una fuente de conocimiento que le ayudĆ³ a perfeccionar su juego.
¿CĆ³mo sucediĆ³ eso? Hablando con Tom Glavine y Greg Maddux, quienes para entonces eran super estrellas del pitcheo, con los Bravos de Atlanta.
“Sentado en el bullpen con Greg Maddux y Tom Glavine, viĆ©ndolos calentar. Los dos localizando sus lanzamientos rompientes: cambios adentro y afuera, curva adentro, curva afuera. Hasta ese entonces pensaba que los Ćŗnicos dos factores que podĆa controlar con esos lanzamientos eran la velocidad y cĆ³mo rompĆan. No me habĆa dado cuenta que localizar la curva y el cambio era algo que se hacĆa. Eso me dejĆ³ loco”, recuerda MartĆnez en su libro “Pedro”, que escribiĆ³ junto a Michael Silverman.
“Le preguntĆ© a Glavine si tiraba los cambios de los dos lados del plato. Me mirĆ³ como si le habĆa preguntado si dormĆa en una cama. ‘SĆ, ¿tĆŗ no sabes eso?’, me respondiĆ³. Yo le dije que era la primera vez que lo habĆa visto. No pude controlar ese tipo de comando de inmediato, pero desde ese momento me inspiraron…
¡Me ayudaron mucho!
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