LAS GARANTIAS BANCARIAS Y SU OBJETO

REDACCIƓN

Mediante la Primera ResoluciĆ³n del 17 de agosto del 2017, la Junta Monetaria sometiĆ³ al escrutinio de opiniones y sugerencias, la propuesta de modificaciĆ³n del Reglamento de EvaluaciĆ³n de Activos (REA), cuyo conjunto de normas han estado vigentes desde una similar resoluciĆ³n emitida por la Autoridad Monetaria en fecha 29 de diciembre del 2004.

Justo es reconocer que los procesos deben ser dinĆ”micos, y en tal sentido la evoluciĆ³n y los cambios deben marchar acorde con las circunstancias; en el caso de las regulaciones bancarias lo lĆ³gico serĆ­a, para mantener a buen resguardo las operaciones que realizan las entidades de intermediaciĆ³n financiera, nunca mĆ”s para involucionar o retrotraernos a la Ć©poca de la incertidumbre y desconfianza que sufrimos durante los periodos cĆ­clicos de crisis bancarias (1989, 1994, 2003, 2004).

Minimizar el riesgo es una tarea sistemĆ”tica y titĆ”nica que las entidades de intermediaciĆ³n financiera tienen como desafĆ­o en su rol de administraciĆ³n de crĆ©ditos e impulsar la salud del sistema financiero. Esto asĆ­ ya que el dinero que los bancos otorgan en calidad de prĆ©stamo tiene su origen en el saldo de los depĆ³sitos que estos reciben del pĆŗblico, por tanto, al hacer negocio con dinero ajeno las entidades bancarias tienen la responsabilidad de que las operaciones activas que realicen estĆ©n bien respaldada y no represente una prĆ”ctica bancaria viciosa; por lo que surge la exigencia de garantĆ­as, a fin de mitigar cualquier riesgo o incertidumbre que potencialmente pudiera suceder en las operaciones bancarias.

El papel de las intermediarias financieras es servir como promotoras de la actividad econĆ³mica, mediante la captaciĆ³n de recursos de los ahorrantes y canalizarlos hacia los sectores econĆ³micos demandantes de los mismos.

En tal sentido las garantĆ­as bancarias se convierten en una protecciĆ³n del prĆ©stamo otorgado, al tiempo que son medidas precautorias o preventivas que procuran que la operaciĆ³n de financiamiento concedida al prestatario asegure el retorno del monto concedido mĆ”s el valor aƱadido que son los intereses.

El negocio bancario no radica en mercadear garantĆ­as, por el contrario cuando en Ćŗltima instancia el banco se ve precisado a un proceso legal de ejecuciĆ³n de bienes, incurre en gastos inesperados; al que adiciona posteriormente el proceso de constituciĆ³n de provisiones para los bienes recibidos en garantĆ­as, y finalmente el tortuoso trayecto de intenciĆ³n de realizaciĆ³n o venta, en el que muchas veces la instituciĆ³n no logra recuperar el saldo total de capital, intereses ordinarios, mora, gastos legales, impuestos, mantenimiento y custodia.

Pero en lo que si queremos aseverar es la importancia y papel trascendente que juegan las garantƭas, y en este caso particular cuando se trata de bienes muebles e inmuebles. Por lo general detrƔs de un crƩdito bien estructurado ha de existir una buena garantƭa.

Para que se tenga una idea de la importancia de las garantĆ­as bancarias, solo hay que hacer una retrospectiva de la crisis financiera del 2008 en Estados Unidos, cuando la tasa de interĆ©s fue impulsada a una baja que pasĆ³ de un 6.5% a un 1.0% cuya finalidad era facilitar crĆ©ditos hipotecarios y reactivar la economĆ­a de ese paĆ­s incrementando la cantidad de dinero en circulaciĆ³n sin tomar en cuenta la solvencia de los deudores ni su historial crediticio.

Ante tal realidad en el mercado hipotecario surgiĆ³ la denominada burbuja inmobiliaria, que a su vez generĆ³ un ambiente de alto riesgo en las hipotecas, acompaƱada de una atmosfera de impago que degenerĆ³ en la crisis subprime, cuyas pĆ©rdidas fueron cuantificadas en julio del 2007 por el Fondo Monetario Internacional en un monto de US$100 mil millones de dĆ³lares, lo que en el 2008 impactĆ³ la cartera financiera de los grandes bancos norteamericanos, la cual iniciĆ³ en marzo con el colapso de Bear Stearns, Fannie Mae, Freddie Mac, Merril Lynch, Lehman Brothers, entre otros bancos emblemĆ”ticos de Wall Street, al no observar una buena garantĆ­a, con relajamiento de las normas.

La baja calidad de las hipotecas tanto en Estados Unidos como EspaƱa y en otros paĆ­ses, consistĆ­a en otorgamiento de prĆ©stamos con garantĆ­as dudosas, por un importe que en ocasiones excedĆ­a el valor de la vivienda, como el detonante que provocĆ³ el desastre financiero. De hecho en los aƱos que preceden al estallido de la crisis (2007), una parte del consumo de las familias en los Estados Unidos se financiaba mediante este insano mecanismo.

La situaciĆ³n y el ambiente de otorgamiento de crĆ©ditos llegĆ³ a generalizarse a un grado tal que las entidades bancarias que obviaban caer en estas vulnerabilidades se quedaban marginadas de hacer negocios. Por eso vimos que en EspaƱa las cajas de ahorros, muchas de ellas con hasta mĆ”s de 100 aƱos de existencia, fueron seriamente afectadas y fue necesario el rescate por parte de las autoridades monetarias de aquel paĆ­s. Provocando una crisis de tal envergadura que mĆ”s de cinco (5) millones de espaƱoles emigraron y mĆ”s de dos (2) millones de extranjeros retornaron a sus paĆ­ses de origen.

Volviendo al tema original sobre el respaldo de los crĆ©ditos, es importante resaltar que las malas garantĆ­as conducen de manera directa a un colapso bancario y en su fase mĆ”s aguda a una crisis bancaria. Ahora bien, debemos establecer la diferencia entre una crisis bancaria fruto de malos negocios financieros, la cual es 3 impulsada por garantĆ­as dudosas o dĆ©biles y una crisis del sistema financiero provocada por malas prĆ”cticas de sus actores o ejecutivos, como resultado de violentar o alterar las normas bancarias y prudenciales establecidas, aunque al final ambas conducen a una explosiĆ³n de igual magnitud en el sistema financiero, cuyos efectos impactan en el costo fiscal, el que se asume con el presupuesto pĆŗblico mediante el rescate bancario y el posterior recalado de mĆ”s impuestos a los contribuyentes.

En virtud de que el negocio bancario establece una relaciĆ³n jurĆ­dica entre las entidades bancarias y los usuarios de los servicios financieros, entonces las garantĆ­as se convierten en la llave de seguridad y respaldo que debe tranquilizar a las autoridades supervisoras del sistema bancario, y en Ćŗltima instancia en el medio de recuperaciĆ³n de los prĆ©stamos para las propias instituciones financieras y cooperativas.

Al 31 de julio del 2017, el sistema financiero dominicano consolidado acumulaba el saldo de RD$21,073.8 millones en bienes recibidos en recuperaciĆ³n de crĆ©ditos. Una suma respetable, cuyos activos de una u otra manera le permiten ir recuperando los prestamos avalados por dichas garantĆ­as; lo cual en otras circunstancias de flexibilizaciĆ³n estarĆ­an plagadas de potenciales perdidas.

Fruto de la aprobaciĆ³n y puesta en vigencia de la Ley Monetaria y Financiera, le fue otorgada la debida fuerza normativa al papel de las tasaciones y por ende a los profesionales del ejercicio de la valuaciĆ³n, reforzado mediante la puesta vigencia del Reglamento de EvaluaciĆ³n de Activos (REA), como herramienta de protecciĆ³n al sistema financiero dominicano, al definir la admisibilidad de las garantĆ­as bancarias en los artĆ­culos 14, 15, 16 y 17 de dicho reglamento, lo cual ha contribuido con la salud bancaria. Dicha normativa otorga facultad y calidades a la Superintendencia de Bancos para “requerir a la entidad de intermediaciĆ³n financiera la presentaciĆ³n de una nueva tasaciĆ³n de la garantĆ­a’’, tal como queda establecido en el espĆ­ritu del artĆ­culo 24 del citado reglamento.

Por lo expuesto, tenemos a bien solicitar a las autoridades monetarias y al propio sistema financiero dominicano, a ser comedidos y repensar su propuesta de flexibilizaciĆ³n o mĆ”s bien como expresan en la propuesta de modificaciĆ³n del REA ‘‘suavizar’’. Dada la motivaciĆ³n esencial de este articulo, a travĆ©s del cual reiteramos la importancia de vigorizar la prudencia y fortificar la labor tĆ©cnica sobre el peritaje de los bienes a ser puestos en garantĆ­a, para operaciones de financiamiento bancario. Al tiempo que respaldamos las acciones del Instituto de Tasadores Dominicanos, Inc. (ITADO) en cuanto a su parecer sobre la propuesta de modificaciĆ³n del REA y el papel profesional del tasador. Nota: El autor del presente artĆ­culo trabajĆ³ durante mĆ”s de dos dĆ©cadas en el sistema bancario dominicano.

Nota: El autor del presente artĆ­culo trabajĆ³ durante mĆ”s de dos dĆ©cadas en el sistema bancario dominicano.

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