Ex directivos califican de penosa, lamentable e irresponsable actitud de dirigentes del CDP

REDACCIƓN

SANTO DOMINGO.- La pasada directiva del Colegio Dominicano de Periodistas (CDP) calificĆ³ de penosa, lamentable e irresponsable, la declaratoria en bancarrota de la actual direcciĆ³n de la instituciĆ³n, que revela su ineficiencia como gerentes y su mala fe al atribuirla a las pasadas autoridades. 

Durante una Rueda de Prensa efectuada el Jueves 16 de Noviembre en el SalĆ³n Orlando MartĆ­nez del CDP, Olivo De LeĆ³n, ex presidente del gremio, dijo que con esas declaraciones, los directivos buscan justificar la eliminaciĆ³n del programa de pensiones solidarias que beneficia a unos 45 periodistas y que el Instituto de PrevisiĆ³n y ProtecciĆ³n al Periodista (IPPP) ha mantenido durante aƱos, del seguro de salud que cubre a cientos de familias, pretenden desacreditar la pasada gestiĆ³n y acelerar el desembolso de una donaciĆ³n millonaria que solicitaron al Ministerio Administrativo de la Presidencia.

TildĆ³ de mantirosas las afirmaciones de la actual DirecciĆ³n del CDP, en el sentido de que la gestiĆ³n encabezada por Olivo De LeĆ³n le dejĆ³ una deuda de siete millones de pesos y cuatro millones de una supuesta falta de pago a Edesur. ”Durante los cuatro aƱos de las dos gestiones del ComitĆ© Ejecutivo Nacional del CDP encabezadas por nosotros, y que cubrieron los aƱos 2013-2015 y 2015-2017, los empleados cobraron siempre, y a tiempo, se pagaron con puntualidad los servicios como la energĆ­a elĆ©ctrica, telĆ©fono, la basura, la seguridad social. Nunca sufrimos una crisis para cumplir con los compromisos asumidos. 

Nunca nos cortaron los servicios por falta de pago”, expresĆ³. “AdemĆ”s, agotamos un amplio programa de capacitaciĆ³n de mĆ”s de 400 actividades nacionales e internacionales, celebraciĆ³n del mes del periodista, de actividades sociales, de fiestas, jornadas de solidaridad a favor de periodistas afectados, presencia en tribunales, ante autoridades de todo tipo, gestiones en todo el paĆ­s y en el exterior, y duramos alrededor de aƱo y medio luchando en los tribunales y afrontando ocho demandas por la recuperaciĆ³n de la tercera planta, una parte en la planta baja y un Ć”rea de parqueo de nuestro edificio, y eso se hace con recursos”, precisĆ³. 

AƱadiĆ³ que si los directivos pasados pudieron recaudar fondos para desarrollar sus actividades, ejecutar sus programas y mantener la instituciĆ³n en lugares cimeros, ¿por quĆ© no pueden hacerlo los actuales directivos?, Por quĆ© los directivos de hoy no pueden cobrar la ley 10-91 y mantener los servicios?”.

Eso demuestra su incapacidad gerencial y su falta de vocaciĆ³n de servicio, lo cual se agraba con el hecho de que todavĆ­a no hayan podido ni siquiera registrar sus firmas en el banco.

Prometieron cobrar 50 millones de pesos mensuales por concepto de la ley 10-91 y convertir en un paraĆ­so al CDP y todos sus miembros, y ahora resulta que se declaran en quiebra y acusan a la anterior administraciĆ³n de su incapacidad. PrecisĆ³ que a la pasada directiva le tiene sin cuidado que los directivos sigan allantando con pedir a la CĆ”mara de Cuentas que realice una auditorĆ­a.

“Ya trajeron dos contables y auditores, quienes certificaron que en administraciĆ³n y contabilida todo estĆ” perfecto y en orden”. Contrario a las afirmaciones de la direcciĆ³n del CDP, la directiva saliente se ha dedicado a colaborar con ellos, lo cual se manifiesta en la firma de todos los cheques emitidos por la instituciĆ³n, ante la tardanza para el registro de sus firmas, le dejamos un proyecto ya ejecutado con la UNESCO para que reciban mĆ”s de 13,000 dĆ³lares, y pendiente el pago de mĆ”s de 15,000 dĆ³lares por concepto del arrendamiento del espacio, en la azotea, para el mantenimiento de una antena de Viva Comunicaciones.

Se preguntĆ³ cĆ³mo pueden hablar de deterioro de la planta fĆ­sica del CDP si todo el que tiene ojos en la cara puede ver que reciĆ©n estĆ” pintada y en proceso de remodelaciĆ³n. Aparentemente, los directivos del CDP se creen todavĆ­a en campaƱa, se dedican a hablar mucho y hacer nada, continĆŗan con su polĆ­tica de descrĆ©dito y se les olvida que es tiempo de cumplir, de ejecutar, de trabajar, no de prometer.

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