REDACCIÓN
En una ocasión la súper estrella de la NBA Kevin Durant, exjugador de Oklahoma City Thunder, dijo pensar que en los despachos de su antigua franquicia nunca se ha apostado de manera decidida por formar un equipo campeón, haciendo el consiguiente sacrificio económico.
Para entender ese sentimiento que ha tenido Durant, hay que remontarse a un momento clave: el verano de 2012.
Aquella temporada Oklahoma logró alcanzar la final de la NBA, algo histórico para ellos. Pero en la franquicia, en vez de apostar por ese proyecto, decidieron que lo mejor era deshacerse de James Harden para no afrontar su extensión de contrato.
Pero con el acuerdo por 4 temporadas y 137 millones de dólares a Paul George parece quieren cambiar el rostro de la franquicia y darle su segundo título.
Con Carmelo Anthony (Houston) se marcharon Corey Brewer, Nick Collison, P.J. Dozier (Boston), Daniel Hamilton (Atlanta), Josh Huestis y Dakari Johnson (Memphis).
Pero los directivos no se durmieron y contrataron a Dennis Schröder (la más destacada de todas), Deonte Burton (N), Tyler Davis (N), Hamidou Diallo (N), Timothe Luwawu (Filadelfia), Abdel Nader (Boston) y Nerlens Noel (Dallas).
El armador Westbrook viene de tener nuevamente números sobresalientes a pesar de contar a su alrededor con Carmelo y George.
Concluyó la temporada regular con 25.4 puntos por juego, 10.3 asistencias y 10.1 rebotes.
Los ejecutivos de los Thunder esperan este año aún más del alero Paul George, quien, en sentido general, no llenó del todo las expectativas esperada por él. Tuvo average de 21.9 por encuentro, 3.3 asistencias y 5.7 rebotes.
George recientemente firmó un contrato con el equipo de cuatro años a cambio de 137 millones de dólares, el máximo que podía firmar. La última temporada del contrato sería una opción del jugador.
El escolta Andre Roberson debe emplearse a fondo para mejorar sus números con relación al año pasado.
Basta con mirar su bajo promedio de 5.0 tantos y 4.7 balones atrapados.
Su ala-pívot Jerami Grant es otro jugador del quinteto abridor que debe elevar su producción ofensiva.
El año pasado compiló 8.5 tantos por partido, 0.7 asistencias y 3.9 balones atrapados.
Están bien reguardado debajo del palo con Steven Adams, quien ha mostrado ser un hueso duro de roer a la hora de capturar rebotes con 9.0 por juego y 13.9 tantos, además de 1.0 bloqueo.
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