Pobres periodistas

Por Rigoberto Bello.

El periodismo es una de las carreras mƔs nobles, pero a la vez mƔs riesgosas y mal pagadas a la que un ser humano se pueda dedicar, esto asƭ porque, en ella confluyen una serie de eventos peligrosos que profesionales de otras Ɣreas no corren.

Hoy día, en pleno siglo XXI, el salario del profesional de la comunicación es irrisorio si se compara con otros del Ôrea del derecho, medicina, ingeniería, economía, etc.

Por ejemplo, con el salario que gana un “honorable legislador de la Republica”, una institución pĆŗblica o privada puede pagar el salario de un periodista durante un aƱo, y cuidado si unos meses mĆ”s.

Caramba que paĆ­s, que mala suerte tienen los comunicadores que se dedican hacer un ejercicio del periodismo Ć©tico, alejado del chantaje y la extorsión, mueren como perico en la estaca, secos, pasando las mĆ”s duras de las miserias. 

Es hasta lastimoso ver, como profesionales que han pasado sus vidas informando de los hechos y acontecimientos, desde los medios de comunicación que han laborado, andando por las calles enfermos, con ropas gastadas, sin dinero, pero eso sí con una moral que no cabe en las paredes de la catedral.

Este 5 de abril se celebra el Dƭa Nacional del Periodista en nuestro paƭs, pero los que dedican a la prƔctica de este noble oficio, el cual lo ven como un apostolado, no tienen mucho por quƩ celebrar.

En los actuales momentos, la gran mayoría de proyectos comunicacionales como programas de TV, Radio, periódicos digitales atraviesan por una situación que mÔs que pena da vergüenza, ya que los principales iniciativas para que desaparezcan estos proyectos se implementan desde las esferas de Poder, al negar los anuncios publicitarios que sostienen el pago de estos espacios informativos.

Para nadie es un secreto, que si no eres un periodista de relumbrón, o tienes los suficientes contactos con el Poder político de turno, te cansas de enviar propuestas a la dirección del gobierno encargada para estos menesteres y no consigues nada, entonces que día del periodista celebrar.

La publicidad del gobierno es para las grandes publicitarias y los tutumpotes de la comunicación, entonces a usted que pretende iniciar un proyecto comunicativo diferente, ético, no le que queda otra opción que cerrar sus puertas.

Lo mƔs sombrƭo de todo, es que en el porvenir no se observan mejorƭas a la vista para la clase de los pobres periodistas.

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