MADRID.- La dignidad de la Juventus dio un susto al Real Madrid. La Juventus estuvo a segundos de conseguir lo imposible. Lo evitĆ³ Cristiano, que con un gol desde el punto penal en el Ćŗltimo minuto dio el pase a semifinales al Real Madrid a pesar de haber caĆdo por 1-3.
La Juve no habĆa prometido milagros ni remontadas Ć©picas propias de un martes. Pero sĆ mucha dignidad y un juego serio. Salir con la cabeza en alto del Santiago BernabĆ©u. Tuvo mucho mĆ”s que amor propio. Tuvo la entereza, convicciĆ³n y todo el futbol que le faltĆ³ a su rival.
Consciente o inconscientemente, el conjunto merengue se dejĆ³ llevar por una ventaja que parecĆa insalvable y se olvidĆ³ de jugar la vuelta de cuartos antes de ponerse a soƱar con la vĆa rĆ”pida a Kiev. Al fin y al cabo, la Roma habĆa hecho favor de quitar del camino al Ćŗnico rival que infunde miedo en ChamartĆn. Ese fue el primer error de los muchos que cometieron en una noche que no permitĆa ni el mĆnimo traspiĆ©.
El segundo, creer que un histĆ³rico de la competiciĆ³n como la Juventus se darĆa por eliminado con el 0-3 de la ida. Un rival que, encima, se la tiene jurada desde Cardiff. Y de ahĆ, una cascada.
Sin encontrar la menor resistencia en la defensa merengue, Mario Mandzukic alimentĆ³ las esperanzas de los italianos cuando de un cabezazo abriĆ³ el marcador antes de que se cumplieran dos minutos de juego. DemostrĆ³, con ello, dos cosas: tesĆ³n, y que la Juventus tenĆa perfectamente estudiado el punto mĆ”s dĆ©bil del Real Madrid, que no es otro que la colocaciĆ³n de la defensa en jugadas a balĆ³n parado.
El croata repitiĆ³ la dosis pasada la media hora. La jugada fue casi una calca de la primera. Un cobro en el que Super Mario se comiĆ³ a Dani Carvajal para marcar el 0-2 de un cabezazo al poste lejano de Keylor Navas.
La remontada dejĆ³ de parecer un sueƱo. Al Madrid se le puso la piel azulgrana y la grada, al no tener otro en quiĆ©n descargar su frustraciĆ³n, se dedicĆ³ a amedrentar a Gareth Bale a base de rechiflas por un mal control.
A ese punto el Madrid entero ya era un manojo de nervios. La sofocante presiĆ³n de la Juventus, y lo cerca que tenĆan, de menos, los tiempos extra, anulĆ³ anĆmica y futbolĆsticamente al cuadro merengue. Se volviĆ³ un equipo partido, impreciso, inseguro.
En lugar de ser el tiburĆ³n que habĆa prometido su manta gigante, era un poodle tirando mordidas al aire. Daba para un contragolpe de vez en cuando que acababa siempre con una atajada de Buffon y el correspondiente berrinche de Cristiano. DespuĆ©s de diez partidos de Champions al hilo marcando, el '7' no encontraba ni cĆ³mo buscar a Gigi.
Tanto se asustĆ³ el banquillo merengue que Zidane no esperĆ³ para mandar a Lucas VĆ”zquez y Marco Asensio a la cancha, en lugar de Gareth Bale y Casemiro apenas iniciĆ³ la segunda mitad.
Todo o nada, vino a decir. Pero en buscar una soluciĆ³n, dejĆ³ la media aĆŗn mĆ”s desprotegida. No hubo nadie que frenara la internada de Matuid. Ni los centrales, Varane y el debutante JesĆŗs Vallejo, tuvieron la menor pericia para cerrarle el paso dentro del Ć”rea. No habĆa quien le cortara el pase que le llegaba desde la banda y no estaba Keylor donde debĆa estar para evitar una catĆ”strofe. El francĆ©s aprovechĆ³ su tremendo error y puso el 0-3.
Con el agua al cuello, Cristiano y compaƱĆa lo buscaron por todos los medios posibles. ParecĆa en vano. Pero justo cuando el reloj marcaba el minuto 90 y el estadio entero pensaba en los tiempos extra. Lo "imposible". El Ć”rbitro Michael Oliver concediĆ³ un tiro penal al Real Madrid.
AhĆ acabĆ³ el sueƱo italiano. Y Cristiano volviĆ³ a ser Cristiano. El que da la vida cuando todo falla.
FUENTE EXTERNA
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