El PLD está que arde

Por Rigoberto Bello.

A lo interno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) ya no se guardan las apariencias, la férrea disciplina con que el extinto profesor Juan Bosch dirigía esa organización política, ha sido dejada a un lado por las constantes confrontaciones que se registran por el control del partido y el poder político.

Ninguno de los dos grandes grupos o tendencias que encabezan el doctor Leonel Fernández y el presidente Danilo Medina se confía el uno del otro. Esto no es nuevo, pero trae un ingrediente que preocupa a muchos dentro de las filas moradas.

Los leonelistas ya no creen en la palabra del primer mandatario, pues dicen entre círculos muy íntimos que presidente lo que busca es ganar tiempo para tratar de dar un golpe contundente al ex presidente, tal y como ocurrió con la puesta en escena de Quirino Pauino Castillo.

De acuerdo a los leonelistas, a Danilo se le hará muy difícil reformar la constitución de la Republica para reelegirse nuevamente, simple y llanamente por ya la pava no pone donde ponía a lo interno del PLD, es decir que no cuenta con el apoyo como ocurrió en el pasado certamen electoral.

Ya la figura de Leonel no luce deteriorada, con las abolladuras que les produjeron las acusaciones de corrupción, que desde el mismo palacio provenían. Hoy día Leonel goza de una importante aceptación popular que de alguna manera pone en alerta al danilismo.

El grupo de Danilo no tiene una figura que pueda competir y ganarle a Leonel Fernández, que no sea el propio presidente, por eso la preocupación. 

No se sabe a que el grupo de palacio le teme más, a la llegada de Leonel o a la díscola oposición.

Con el paso de los años por el Poder, el PLD se ha vuelto un partido ducho en el manejo del Estado, mas sin embargo las ambiciones desmedidas de sus dirigentes lo pone al borde de la cuerda floja y la posible pérdida del Poder.

Para nadie es un secreto que el mandatario no goza de la misma simpatía que tenía hace unos años atras, ya que los escándalos de corrupción que han explotado en su gestión y el desgaste del paso por el gobierno debilita.

Lo más sensato sería ceder el paso a Fernández, devolver la antorcha prestada en el 2012, pero los danilistas no están en eso, pues cerrarle el paso sería un error político, ya que por esa situación es que muchos entendidos afirman que el PLD está que arde.


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