En el 205 aniversario del natalicio de Duarte

Por Alfredo Cruz Polanco 

“Nunca me fue tan necesario como hoy el tener salud, corazĆ³n y juicio; hoy que hombres sin juicio y sin corazĆ³n conspiran contra la salud de la Patria”. Juan Pablo Duarte. 

Con el 205 aniversario del natalicio del fundador y apĆ³stol de nuestra nacionalidad, el patricio Juan Pablo Duarte Diez, se inicia la celebraciĆ³n del “Mes de la Patria”, ocasiĆ³n propicia para reflexionar y preguntarnos si el esfuerzo y el sacrificio asumido por el patricio han valido la pena; si estamos cumpliendo con su ideario y legado histĆ³rico; si hemos avanzado en materia institucional, municipal y medioambiental;en transparencia, pulcritud y rendiciĆ³n de cuentas; en el respeto a las leyes, a la defensa de nuestra frontera y soberanĆ­a; del patrimonio pĆŗblico y si se estĆ” aplicando una autĆ©ntica y verdadera justicia.

Juan Pablo Duarte no debe ser recordado solamente cada 26 de enero con ofrendas florales, eucaristĆ­as, desfiles estudiantiles y con discursos falsos y de doble moral (alabando su figura y actuando contrario a su ideario). 

El mayor homenaje, reconocimiento o monumento que se le pueda hacer en su honor, es que cada dominicano, cada funcionario pĆŗblico, legislador, ministro, juez, alcalde, director y todo el que maneje recursos pĆŗblicos, imite el ejemplo del fundador de nuestra soberanĆ­a, presentando una rendiciĆ³n de cuentas de los recursos que les fueron confiados.

Que actuemos siempre con la debida transparencia, honestidad, prudencia y vocaciĆ³n de servicio, aplicando siempre los valores Ć©ticos, morales y patriĆ³ticos en cada uno de nuestros actos pĆŗblicos y privados, tal como Ć©l los enarbolĆ³, nos los inculcĆ³ y aplicĆ³.

Que en todas las escuelas pĆŗblicas y colegios se cante su himno y se le rindan los honores correspondientes; que se retome la “Moral y CĆ­vica”, que hace muchos aƱos fue eliminada del currĆ­culo escolar, lo que sin duda alguna ha servido de caldo de cultivo a la gran inversiĆ³n de valores que hoy padecemos; que nuestros profesores se preocupen por difundir los valores y sĆ­mbolos patrios, para que en las presentes y futuras generaciones, se despierte el fervor patriĆ³tico.

Al carecer de una cultura de rendiciĆ³n de cuentas en todo el paĆ­s, ante tantas denuncias de actos de corrupciĆ³n pĆŗblica y privada, considero como el momento oportuno para emular el legado del Padre de la Patria, de ser el Ćŗnico dominicano que presentĆ³ una rendiciĆ³n de cuentas al paĆ­s, sin que existiera en ese momento una ley ni alguien que se lo exigiera.

En estos momentos,en que se pretende destruir y enlodar a uno de los pocos referentes y paradigmas de honestidad y patriotismo que nos quedan, estamos obligados a promover y a difundir la vida y obra dequien fuera capaz de sacrificar todos sus bienes materiales, los de toda su familia yde ofrendar hasta su vida, con tal de dejarnos una patria librey soberana de toda potencia extranjera; libre de la ignorancia, de la insalubridad, inseguridad, de las injusticias, del enriquecimiento ilĆ­citoy de la falta de fe.

Si asĆ­ lo hacemos el sacrificio y el martirio sufrido por el Padre de la Patria, no habrĆ” sido en vano.

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