Contaminación de barcaza arruinaría los planes de Abinader para sanear río Ozama e impulsar obras en la Zona Colonial


Santo Domingo.- Los ojos del país están atentos al desenlace del caso de la generadora de electricidad Seaboard Transcontinental Capital Corporation, que hace cuatro años perdió su licencia ambiental por contaminación y le fue ordenado el retiro de su barcaza del río Ozama, luego logró una extensión de dos años, que venció en 2018, y después una renovación que conserva hasta la fecha.

Esta generadora, que para no retirarse presentó argumentos sobre dificultades en sus operaciones eléctricas, ha seguido operando bajo los mismos peligros de contaminación, sobre todo después de que el pasado ministro de Medio Ambiente, Ángel Estévez, renovó “inexplicablemente” la licencia a la empresa para continuar sus labores en el afluente.

Como secuelas de este problema, la estancia de esta barcaza ya no sólo implica contaminación, sino que ahora pone en juego proyectos claves del Gobierno para la reconfiguración del entorno, la dignificación de los asentamientos humanos ribereños y la restitución histórica de la Zona Colonial.

La clave para el arranque de estos proyectos es la descontaminación del río, pero la barcaza se ha constituido en el primer obstáculo, poniendo en juego un conjunto de obras contemplado en el proyecto Nuevo Domingo Savio, entre las que figuran el saneamiento de todo el margen occidental del río Ozama, múltiples instalaciones deportivas, parques, áreas comunes y comerciales.

Programado para concluir dentro de un periodo de 22 meses, este proyecto pretende sanear todas las cañadas que desembocan en el río Ozama y la integración social de los barrios ribereños, entre los puentes Juan Bosch y el de la 17.

Nuevo Domingo Savio contempla también la construcción de la nueva avenida y el Parque Ecológico Fluvial Nuevo Domingo Savio, con un malecón en toda la ribera del río Ozama, la estabilización de borde para protección de inundaciones y la construcción de un distribuidor de tráfico que enlace con la avenida Francisco Alberto Caamaño.

La nueva avenida contará con espacios públicos de calidad, transporte público, parques y ciclovía e instalaciones deportivas. El área de parque contará con canchas de baloncesto, estadio de béisbol y una nueva cancha de fútbol, un polideportivo multiuso para voleibol, boxeo, gimnasio, bádminton y otras disciplinas.

Los intereses del país, a prueba

El Gobierno dominicano está ahora frente a la disyuntiva de mover definitivamente esta barcaza del lecho del río y acabar con esta amenaza, o dejar desplomar sus planes de saneamiento de este afluente natural de agua y los proyectos de rescate e impulso de la histórica Zona Colonial.

La barcaza Estrella del Mar II atenta seriamente contra los planes anunciados oficialmente por el presidente Luis Abinader en la zona, específicamente los trabajos de saneamiento del río Ozama y la restructuración del espacio histórico de la época colonial, la construcción de un puerto turístico y la recuperación de las áreas de parque.

Específicamente la barcaza atenta contra la ejecución de la primera etapa del proyecto de Santo Domingo Savio, que el presidente Luis Abinader anunció será terminada en las primeras semanas del venidero mes de agosto, igual que la construcción de otras obras orientadas a transformar los ríos Ozama e Isabela y sus entornos, con una inversión de RD$ 1,600 millones. En su momento, Abinader afirmó que las cañadas también entran en los planes de saneamiento, se rescatará el río Ozama y se transformarán todos sus alrededores.

Otro elemento preocupante de la presencia de la Seaboard y de su barcaza en el río Ozama es que sus operaciones generan vibraciones que ponen un peligro las infraestructuras de toda la zona colonial.

Frente a todo este panorama perturbador, derivado de las operaciones de la barcaza anclada en el río, ya el ministro de la Presidencia, Lisandro Macarrulla, advirtió de que, si el Gobierno determina que está contaminando, será intervenida para evitar mayores consecuencias al medioambiente. En este caso, declaró el ministro a medios de comunicación: “Si se determina que esa barcaza de generación eléctrica tiene algún impacto negativo, obviamente que el Gobierno se va a preocupar por eso”.

También se pronunció el ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, asegurando que frente al caso relacionado con el río Ozama y todos los aspectos ligados a la protección del medioambiente, él actuará “apegado al mandato de ley para la conservación de nuestros recursos naturales”.

Con millones de años de formación natural, el río Ozama, el cuarto más importante del país, con una cuenca hidrográfica de 2.686 kilómetros cuadrados y un recorrido de 148 kilómetros, vive hoy su peor momento, soportando una carga de contaminación que preocupa y alarma al país.

Todo lo que la naturaleza colocó allí para disfrute de sus habitantes se muestra destrozado en todo el curso y entorno del río Ozama, donde barcos hundidos o varados y plantas de generación eléctrica a sus orillas han hecho de cementerios, mientras los barrios marginados destinan a su lecho todo tipo de desperdicios.

La existencia del río y la vida de miles de ciudadanos que cohabitan en los espacios del afluente sigue bajo amenaza permanente, lo que ha despertado una ola de reclamos que crece cada día, para que se ponga fin a este peligro a la salud ambiental que late sobre el Ozama.

Los argumentos de Dauhajre

En un artículo publicado en el periódico elCaribe, el economista Andrés Dauhajre hijo advirtió de que el río Ozama está cada vez más sucio y contaminado, señalando que entre los años 1970 y 2014 se anunciaron 13 proyectos para limpiar o sanear el afluente, con una inversión, en pesos del año 2020, de RD$ 87,600 millones, pero la mayor parte quedó en anuncios.

Para Dauhajre, todo el esfuerzo anterior podría desvanecerse si el Estado no logra el traslado de plantas de generación de electricidad que operan sobre barcazas en la ribera occidental del Ozama y prohíbe la instalación de nuevas plantas en esa geografía.

A pesar de que Medio Ambiente requirió en 2017 a la operadora de la barcaza Estrella del Mar II reubicarse, en un plazo de seis meses, posterior a la fecha de vencimiento de su licencia que era el 21 de marzo de 2018, a un lugar seguro que no ofreciese contaminación por hidrocarburos durante el trasiego de combustible y aceites lubricantes en las operaciones rutinarias, la empresa permanece operando en el río Ozama. La barcaza Estrella del Mar II es una planta de generación dual-fuel, que puede operar con gas natural y fuel-oil #6.

Otro riesgo potencial de contaminación en el orden térmico es el producto de la captación del agua del río para enfriamiento a través de intercambiadores de calor, un agua que luego es vertida en el río a una temperatura más alta.

Publicar un comentario

0 Comentarios

Vídeos de noticas