Por: Pedro Corporán
Ya te fuiste…
Te llamó tu destino, no quedaba otro camino
Ya te fuiste…
Aceptaste complacido el dictamen del divino, por todo lo vivido
Ya te fuiste…
Igual que tu llegada, las leyes de la vida, decidieron tu partida
Ya te fuiste…
Y juraste que de renacer volverías a ser dominicano
Ya te fuiste…
Nadie puede ir contigo, son diferentes los destinos
Ya te fuiste…
Que lloren los que quieran, lloraste por tus amigos, la vida no es de piedra
Ya te fuiste…
Perdonamos tus errores, reducidos a lunares, por tus grandes virtudes
Ya te fuiste…
Entre espinas y flores, el jardín de la vida, te llenó de amores
Ya te fuiste…
Tu legado pide a tus amigos y a tus seres queridos, que amen a sus hijos, también a sus hermanos y los seres humanos
Ya te fuiste…
Te llamó la vida y te reclamó el destino, porque es dictamen divino y no queda otro camino
Ya te fuiste…
Y tu voz se queda en tu fecunda memoria de vida
Ya te fuiste…
Y tus lágrimas por mamá Tingó, el grito del batey y el carbonero seguirán siendo huellas de tu sensibilidad social
Ya te fuiste…
La patria llora porque tú la honraste con valor y sacrificio
Ya te fuiste…
Sembrador de buena semilla en el suelo, cultivarás flores en el cielo
Ya te fuiste…
¡Mentiras!... ya te quedaste, para siempre, amigo entrañable, en la memoria del pueblo dominicano, cabalgando en los recuerdos de tristeza y alegría.
¡Hasta siempre querido Johnny!... Caballo Mayor.
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