Danilo Cruz Pichardo Para Rosario Espinal, con cariño


Antes de escribir este artículo lo pensé muy bien, por tratarse de una respuesta a una dama, en un país en el cual al hombre se le percibe como victimario por el simple hecho de disentir de algún enfoque externado por una fémina. Sin embargo, el nivel intelectual de Rosario no es para albergar tabúes. Además, todos, sin distinción de sexo, raza, credo, etc., somos iguales conforme al Art. 39 de la Constitución de la República.

Hace apenas días alguien compartió un artículo, en un grupo de Whatsapp, de la reputada politóloga, publicado en un diario matutino en fecha 1ro de febrero del presente año, intitulado “Lo que ayudó al PLD ayuda ahora al PRM”. Respeto mucho las consideraciones vertidas en ese texto por Espinal, pero en más de un 90% las desapruebo.

Y es que no se puede resaltar como un logro de la presente administración la supuesta estabilidad macroeconómica. El aporte del turismo, las remesas y zonas francas, tres componentes importantes de nuestra economía, no son nuevos. Y al controlarse la pandemia el Producto Interno Bruto ha crecido nuevamente, porque todo el aparato productivo se dinamizó, pero también la deuda externa este Gobierno la ha disparado a niveles alarmantes, en apenas dos años y medio.

El cúmulo de empréstitos apenas ha servido para estabilizar la tasa de cambio, no así la de interés bancario ni la espiral inflacionaria que padecemos todos, sobre manera en los productos de la canasta familiar, lo que reduce el poder adquisitivo de la población.

¿De dónde saca la señorita Espinal el dato de que la gente no expresa disgusto con el costo de la vida? ¿Qué firma encuestadora revela tal hallazgo? ¿Esa dama suele hacer sondeo entre consumidores de los supermercados? El mayor problema de los dominicanos, después de la inseguridad ciudadana, es la inflación, desplazando del segundo lugar a la corrupción y la impunidad.

En un país con tanta desigualdad social no se puede hablar de estabilidad de ningún tipo. El desempleo en la juventud dominicana asciende a un 29%, el más elevado de los países del continente, la educación ha sido un fracaso, como fracasa también la salud, a tal extremo que el servicio 911 está en el suelo y las farmacias populares están desabastecidas.

Es un exceso de subjetividad señalar que esa cacareada estabilidad obedece a que Luis Abinader dejó en la Gobernación del Banco Central a Héctor Valdez Albizu, así como a la designación de un alto número de empresarios en posiciones públicas relevantes. Si Valdez Albizu es el único que garantiza estabilidad, tenemos que prepararnos para cerrar el país cuando él no esté físicamente. Y si los empresarios son los únicos que saben gobernar y garantizar bienestar, entonces las elecciones del año que viene son innecesarias, lo aconsejable sería convocar al CONEP y entregarle el país.

La reputada académica tiene razón cuando dice que la oposición está dividida. Es cierto. Pero ¿cómo se le ocurre decir que el PRM está unificado? En estos momentos no están unidos siquiera Luis Abinader e Hipólito Mejía, pues Raquel Arbaje se destapó públicamente dando su apoyo a Raquel Peña para la reelección vicepresidencial. Se colige que la primera dama habló con la anuencia del jefe de Estado, provocando la reacción inmediata del presidente Mejía, al decir: “Luis está arriba, pero hay segunda vuelta”.

Ahí hay un problema planteado, porque Abinader tiene un compromiso con un poderoso grupo empresarial de Santiago, al cual le otorga el grueso de las contratas de las obras que se levantan. Y Raquel Peña no solo es su representante en palacio, sino en los sectores salud y energía, donde esa dama es la jefa. Mientras se da esa situación por un lado, por otro lado todos sabemos que Hipólito no da un paso atrás en su respaldo a la Vicepresidencia a su hija Carolina Mejía, actual alcaldesa del Distrito Nacional. Mejía es un octogenario que, entre otros intereses, solo está en política para impulsar a su descendiente biológica.

Sin embargo, la mayor división del PRM se observa entre Luis Abinader y los aspirantes presidenciales Ramón Alburquerque y Guido Gómez Mazara. A estos dos últimos no se les respeta sus derechos constitucionales desde una cúpula partidaria constituida por servidores públicos al servicio de la reelección presidencial. A Guido Gómez, con gran aceptación en la militancia del PRM, las pocas encuestas serias que se conocen, dos pagadas por grupos empresariales y una por la Embajada de Estados Unidos, le atribuyen un significativo repunte interno y externo.

Sin embargo, la señorita Espinal ni siquiera menciona a esos dos precandidatos presidenciales. Ni se entera de la posibilidad de que eventualmente surja David Collado, un auspiciado del Grupo Vicini, con el cual se amaga a modo de presión cuando se procura algún patrimonio del Estado.

Esos estudios de opinión revelan que Gómez Mazara aglutina el descontento que exhiben los militantes perremeístas, que bajo una pandemia lograron el triunfo electoral de su candidato presidencial y hoy aproximadamente el 85%, cerca de tres año después, siguen sin empleo, lo que algunos denominan “ganar un grupo y gobernar con otro”.

Si en el escenario interno nacional la situación de Abinader no es la mejor, en la diáspora es todavía peor. Los perremeístas del exterior solo esperan un evento de votación del PRM para manifestar su rechazo por el presidente de la República. En New York, recientemente, bajo la coordinación de Javier Fuentes, se realizó un evento a favor de Guido Gómez Mazara, donde se dieron cita unos dos mil dirigentes.

Es una cuestión de lógica que el 46% de los perremeístas que sufragaron por Luis Abinader en el 2020 no lo haría nuevamente. Nadie le fía al que no paga. Se alega, además, que el cambio por el cual lucharon y votaron nunca llegó. Se trata del gobierno, en toda la historia republicana, más elitista.

Y no es como piensa la señora Rosario Espinal, que todos los empresarios están con Luis Abinader. Es cierto que Luis Abinader tiene apoyo de sectores poderosos, pero también lo tiene Leonel Fernández. Esos dos políticos se disputan ese segmento social, el cual no es confiable para nadie, pero termina siempre enganchado con el que está arriba.

Es cierto también que Abinader encabeza las encuestas, producto de la separación del PLD y la Fuerza del Pueblo, pero registra un fuerte rechazo en clases media y baja, donde se siente el mayor impacto de la inflación en bienes y servicios. El intelectual Bernardo Verga, que también es investigador de opinión, expresa que la baja de la popularidad de Luis Abinader se observa hasta en las propias encuestas que paga el gobierno.

El suscrito ha quedado sorprendido con los últimos artículos de la experta Rosario Espinal, por la coherencia progubernamental que muestra entre las ideas que sostiene hoy y las que sostuvo en los gobiernos del PLD. Lo único que ha hecho con sus escritos de hoy es quitarle PLD y Leonel Fernández (que gobernó tres períodos) o PLD y Danilo Medina (que gobernó dos períodos) y ponerle ahora PRM y Luis Abinader. La felicito con cariño.

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