La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglĆ©s), realiza en esta semana su 35 perĆodo de sesiones de la Conferencia Regional de la FAO para AmĆ©rica Latina y El Caribe. El cónclave reĆŗne las autoridades de todos los Ć”mbitos involucrados en las polĆticas, las polĆticas pĆŗblicas y privadas, en torno a la erradicación del hambre y las formas de desnutrición en nuestra región.
A pesar de que los Ćndices de ingreso a la población mundial han disminuido, los problemas de ingresos aĆŗn persisten en la atención de la salud, que requieren acciones contundentes por parte del Estado y el resto de la sociedad.
Este es un tema importante que aborda en la Conferencia de la FAO, especialmente por la "importante transformación estructural de las zonas rurales en paĆses de AmĆ©rica Latina y el Caribe". Los expertos estĆ”n preocupados porque esta transformación ha sido "excluida de un grupo de jóvenes que tienen acceso a trabajos decentes, mientras que la extrema pobreza sigue limitando las oportunidades de una cuarta parte de la población rural de la región".
AĆŗn persisten grandes desigualdades territoriales que perpetĆŗan la pobreza en las localidades, lo que a su vez desemboca en los conflictos sociales y polĆticos, en la afectación constante al medio ambiente y en la preocupante inseguridad de los ciudadanos.
Por ende, la FAO advierte que las estrategias tradicionales de desarrollo rural, a la hora de garantizar una transformación sostenible e inclusiva desde el punto de vista social en las zonas rurales.
El hambre es el escĆ”ndalo moral de nuestros tiempos, como dice el Papa Francisco. La región de AmĆ©rica Latina y el Caribe debe preocuparse especialmente por este tema, que en la reducción de las economĆas de la región en el perĆodo 2015-2016, que resultó en 18 millones de pobres mĆ”s por el territorio latinoamericano, tambiĆ©n resultó en 2.4. millones de latinoamericanos mĆ”s padeciendo hambre.
Y aunque nuestro paĆs tiene importantes resultados que muestran en torno a la disminución del hambre y la desnutrición, no podemos obviar que el rescate de la ruralidad para la producción sostenible es impostergable. Hoy en dĆa, 183 mil familias del programa Progresando con Solidaridad participan de las estrategias de huertos familiares y comunitarios, a la vez que 23 millones de familias se han involucrado en la crianza de animales. El apoyo de la FAO y del PMA en estos proyectos ha sido invaluable.
El desarrollo rural sostenible, como hemos apuntado en otras ocasiones, depende de varios factores, entre los que destacan la necesidad de acceder a la asistencia tĆ©cnica, los puntos crĆticos, el seguro ante desastres y el uso de tecnologĆas y estrategias de resiliencia ante choques climĆ”ticos y para la protección del medio ambiente.
El trabajo que se realiza en torno a este tema debe combinarse de la mejor manera posible con la información objetiva y la intuición polĆtica, para lograr lo que Rafael Pinilla PallejĆ” denomina la "doble legitimidad", es decir, la legitimidad cientĆfica y la democracia.
La Ley nĆŗm. 589-16, que crea el Sistema Nacional para la SoberanĆa y Seguridad Alimentaria y Nutricional en la RepĆŗblica Dominicana, aunado al extraordinario esfuerzo realizado en torno a la Hoja de Ruta para el cumplimiento del ODS 2 , donde la participación de las instituciones pĆŗblicas y privadas, con el seguimiento de la Vicepresidencia , el Gabinete Social , la FAO, el PMA y otras instituciones, las cartas mĆ”s importantes con las que ganar la partida al hambre y la desnutrición.
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