POR LUIS D. SANTAMARIA El autor es periodista. Reside en Monte Plata
Ahora que la situación fronteriza se ha tornado prácticamente incontrolable se hace necesario retomar la construcción del muro fronterizo que ponga freno al flujo migratorio sin control desde Haití hacia la República Dominicana.
En el pasado critiqué acremente el planteamiento de la familia Castillo pero he llegado a la conclusión de que en realidad hay que buscar una salida definitiva al desorden migratorio que se registra en nuestra franja fronteriza con los indocumentados.
Es necesario retomar la construcción del bendito muro que haría más efectivo la vigilancia militar de todo aquel que atraviese la frontera ya sea desde Haití hacia aquí o viceversa, algo que hace tiempo debió implementarse para corregir el desorden imperante.
Un muro que abarque que abarque toda la franja fronteriza sería prácticamente la solución al desorden institucionalizado que se registra en nuestra frontera donde todas las normas y medidas de control son violadas diariamente.
Cuando los Vinchos Castillo plantearon la necesidad de construir el muro me opuse, pero con el paso del tiempo he visto que se hace necesario como forma de poner freno al flujo ilegal de personas sin control desde ambos lados de la franja que divide a los dos países.
Muchos, algunos de los cuales de manera burlona de la boca plantean la tesis de que los haitianos deben permanecer en Haití y desarrollar sus vidas en esa nación, mientras los dominicanos debemos permanecer en la República Dominicana.
Ahora, la construcción de un muro fronterizo contribuiría a alejar de la mente de aquellos malvados que abogan y han planteados inclusive en foros internacionales por la fusión de la República Dominicana y Haití cuando la mayorías de los dominicanos nos oponemos a tal planteamiento.
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