
Decenas de familiares de los considerados presos polÃticos se apostaron el jueves frente al edificio donde funciona el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, en el este de Caracas, para solicitar a Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU ayuda para liberar a los más de seis centenares prisioneros civiles y militares.
“Señora Michelle Bachelet, en sus manos está la libertad de los presos polÃticos”, dijo a la prensa Mónica SantamarÃa, hermana de un detenido, al pedir a la expresidenta chilena que “oiga más allá de lo que está planificado por los medios oficiales, oiga realmente el sentir del pueblo”.
Simultáneamente decenas de ex trabajadores petroleros reclamaron en el centro de la ciudad que Bachelet intermedie para que el gobierno les pague viejas deudas laborales golpeando cacerolas y envases plásticos contra el asfalto.
Entre carteles en los que se leÃa “Bienvenida Bachelet SOS” los manifestantes bloquearon el paso de los vehÃculos mientras varias decenas de policÃas y guardias nacionales con escudos tomaban los alrededores para evitar que la protesta avanzara hacia la sede de la CancillerÃa, donde Bachelet tiene previsto reunirse con representantes de algunos organismos.
Tras permanecer detenida cuatro meses en una de las sedes capitalinas de la policÃa polÃtica acusada de traición a la patria y rebelión, la administradora Lisbeth Añez, quien en sus tiempos libres solÃa llevar alimentos y medicinas a los presos, decidió dedicarse a la lucha por los derechos humanos en Venezuela.
Este jueves la activista, de 52 años, participará con otras vÃctimas en una reunión con Bachelet para denunciar los casos de los presos polÃticos, uno de los temas más álgidos que deberá abordar la funcionaria en su visita.
Estos prisioneros, que se estiman en unos 693, se han convertido en los últimos años en una de las banderas de los activistas y la oposición que acusan al gobierno de Nicolás Maduro de violaciones a los derechos humanos, señalamientos que las autoridades han rechazado alegando que los opositores fueron apresados por delitos comunes.
DÃas antes de la visita de Bachelet fueron excarcelados al menos 21 presos polÃticos, entre ellos el diputado opositor Gilber Caro, acción que algunos activistas asumieron como un “gesto“ del gobierno previo al arribo de la Alta Comisionada.
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